Recientemente hemos terminado en el Observatorio Ambiental de Granadilla (OAG) un trabajo sobre la "Estado de conservación de la tortuga boba (Caretta caretta) en las islas Canarias" . En este trabajo que ha durado 4 meses, y que forma parte del infome ante la Unión Europea del estado de conservación de esta especie, he tenido la oportunidad de trabajar con el Dr. Antonio Machado y con la Dra. Nuria Varo analizando los datos de distribución de la tortuga boba en Canarias obtenidos a partir de radiotracking (geolocalización) y avistamientos. Los trabajos han sido desarrollados por personal del OAG y asesorado por un equipo multidisciplinar de especialistas de distintas organizaciones.
El análsis con Sistemas de Información Geográfico que he desarrollado se ha basado fundamentalmente en los datos provenientes del sistema de radioposicionamiento ARGOS, a partir de la plataforma SEATURTLE. La fuente de datos han sido 3 proyectos (OAG, AEGINA y LIFE), que han proporcionado datos de 39 tortugas desde 1998 a 2012. Se han estudiado 35 mil señales brutas, que han generado unas 14 mil señales filtradas por calidad, lo que ha permitido analizar en detalle el comportamiento espacial y la distribución de estos ejemplares. Entre los geoprocesos utilizados he trabajado con geoprocesaamientos, Kernel, indices de correlación geoespacial, y otros procesos geoestadísticos. El documento cuenta con un Anexo que detalla los geoprocesos utilizados.
El proyecto cuenta además con un geoportal que he desarrollado con ArcGIS server, donde pueden ver todas y cada una de las tortugas marcadas y estudiadas, sus datos de interés (incluida la señales); y que permite superponer copas de información interesante como las batimetrias, los sebadales o las Zonas de Especial Conservación.
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Entre las conclusiones del estado de conservación destaca:
- Existe una concentración de tortugas
bobas alrededor de las islas Canarias, cuyo ámbito se define por la
perimetral a 300 km de las costas insulares, habiéndose empleado para su
delimitación los desplazamientos de las propias tortugas, que pasan
algo más de la mitad de su tiempo en él. Dicho sector canario abarca 583.176 km2,
y es más extenso que la zona económica exclusiva (ZEE), aunque solo
cubre el 85,7% de la misma (456.813 km) debido a la peculiar
configuración de esta última.
- El contingente de tortugas presente en el sector canario es de origen mixto, con una mayoría procedentes de las colonias de cría americanas y una proporción variable de la de Cabo Verde (»7-12%). La práctica totalidad son tortugas juveniles, con tallas que van de 12,8 a 85,2 cm (longitud recta de caparazón), con una media en 36,5 cm y moda de 41 cm. Se estima que las tortugas llegan con un mínimo de un año de edad, y a partir de los 45 cm (aprox. 7,2 años de edad) comienzan a abandonar el sector de modo progresivo.
- Las tortugas vagabundean por todo el sector canario, con un 10% de presencia a profundidades inferiores a 200 m, muy poca en aguas someras (-50 m) y posiblemente también en las zonas más frías. Su distribución no parece depender de lugares específicos, aunque demoran más en aquéllas zonas donde las turbulencias de la corriente suelen generar giros, filamentos y afloramientos de aguas profundas ricas en nutrientes, sustentando más alimento, que es el principal reclamo para un animal oportunista. Estas zonas menos oligotróficas que el océano abierto pueden situarse alejadas de la costa, como es el caso al SW de las islas centrales, o extenderse a lo largo del veril.
- En las plataformas insulares de la costa occidental de Fuerteventura y el SW y SE de Gran Canaria las circunstancias oceanográficas favorecen la producción y biomasa planctónicas. Algunas tortugas jóvenes patrullan repetidamente estas zonas neríticas durante meses o incluso años, mostrando un perfil de comportamiento estacionario. La costa occidental y el norte de Fuerteventura, destacan como zona especial de preferencia de la tortuga boba.
- En Canarias, la tortuga boba no vive ni
manifiesta interés alguno por los sebadales y su presencia en los
mismos (0,096%) se considera fortuita e irrelevante. [La marca roja la
ha añadido el OAG a un esquema tomado de una publicación sobre
sebadales].
- La presencia de las tortugas bobas en la red Natura 2000 marina de Canarias no llega al 2% de su tiempo. Salvo por algunas zec concretas (i.e., Cueva de Lobos, en Fuerteventura), estas áreas protegidas ‒incluida la zec Sebadales del Sur de Tenerife‒, apenas difieren como hábitat de cualquier otra porción marina de su entorno.
- La variación anual de la densidad
relativa de tortugas muestra grandes fluctuaciones, como cabía esperar, y
dado lo reducido de la serie comparable (trianual) no cabe extraer
conclusiones sobre su tendencia. No obstante, se ha combinando toda la
información disponible de densidades, telemetría y datos biométricos
para obtener una idea –aunque sea muy grosera– de la situación: el
contingente medio presente en el sector canario rondaría las 34.000
tortugas bobas, con entradas anuales de 4.500 ejemplares de procedencia
americana, y unas 500 de Cabo Verde.
- Los principales factores adversos que
afectan a las tortugas son los enmallamientos (53%), seguido de la
ingestión de anzuelos (10%). La mortalidad anual se ha estimado en un
1,5 % del contingente total.
- La evaluación del estado de conservación del contingente canario aplicando los criterios de la UICN para poblaciones visitantes en determinadas regiones (Sector Canario, en este caso), arroja una categoría de “preocupación menor” (LC).
- La evaluación del estado de conservación del contingente canario aplicando los criterios desarrollados para especies de interés comunitario al amparo de la Directiva Hábitat, se condujo recurriendo para algunos parámetros al método de criterio de experto. La matriz de evaluación general resultante fue “desfavorable-inadecuado”.
- La consolidación de la red de varamientos y recuperación de ejemplares dañados, las campañas de sensibilización ciudadana sobre la problemática de la especie y el proyecto de establecer una colonia reproductora en Canarias son medidas gubernamentales vinculadas a la Directiva Hábitat, cuya contribución a la conservación de la tortuga boba se ha valorado como alta.
- Se descarta que la construcción del nuevo puerto en Granadilla, en el litoral de Tenerife, pueda tener una repercusión negativa sobre la especie de interés comunitario Caretta caretta. La declaración de los lic de Antequera, en Tenerife, y de Güí-Güí, en Gran Canaria orientada, en parte, a compensar todo posible efecto del nuevo puerto sobre la tortuga boba, se considera, pues, una medida de conservación superflua e irrelevante en dicho contexto.
Juan Antonio Bermejo Dominguez
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